Amistades dudosas, nuevas responsabilidades y enfrentar la desaparición de Mon-El (Chris Wood) harán que Supergirl (Melissa Benoist) la pase mal en la tercera temporada de la serie, de estreno esta semana (miércoles con repeticiones el jueves) por Warner Channel.

“En las primeras dos temporadas, ella se la pasa tratando de balancear las personalidades de Kara Danvers y de Supergirl, la reportera y la superheroína. Busca desesperadamente un equilibrio en su vida”.

“Ahora, en la tercera, ella se inclinará casi en definitiva por su papel de Supergirl y creo que es porque busca superar el hecho de que mandó a su novio a un enorme abismo en el espacio”, adelantó Benoist.

Y es que el final de la temporada pasada, el mundo de Kara dio un giro inesperado cuando Mon-El, su novio, un daxamita con poderes similares a los de Superman, fue absorbido por un agujero de gusano.

Esto luego de que la Reina Rhea de Daxam (Teri Hatcher) muriera cuando Supergirl y el Departamento de Operaciones Extra Normales lanzaran una alta cantidad de plomo en la atmósfera. Kara necesitará la ayuda de su hermana adoptiva, Alex (Chyler Leigh).

“Alex jamás abandonaría a su hermana. Creo que ninguno de sus amigos, desde el Detective Marciano, hasta Lena Luthor, la quieren dejar a la deriva. “Ella está pasando por un momento difícil”, dijo Benoist durante la Comic-Con.

Sin embargo, la protagonista aún tendrá problemas para descifrar si la gente cercana a ella es de fiar o no, en especial las mujeres de la familia Luthor, Lillian (Brenda Strong) y su hija Lena (Katie McGrath).

“Ahora, el tema principal de la tercera temporada es qué significa ser humana para ella. Exploraremos mucho esa pregunta, no sólo desde los ojos de Kara, sino del resto de personajes”, explicó la productora Jessica Queller.

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